La poda del aguacate se hace a la salida del invierno, cuando comienzan a subir las temperaturas. Coincide con la época de floración, es por eso que muchos productores la adelantan y otros tienen cierto reparo en cortar porque consideran que están quitando fruta de la próxima cosecha, y esto no es del todo cierto. Cuando se cortan ramas con flores, la energía que el árbol iba a destinar a esas zonas las desvía para otras, dando fuerza a las flores que quedan.
El aguacate necesita ser podado por dos motivos fundamentales. Primero, puede alcanzar una gran altura que dificultará la recogida de la fruta y además conllevará la pérdida de las ramas bajeras (ya se sabe que es donde mayor cantidad de fruta hay). En segundo lugar, la poda supone una renovación de tejidos. Los tejidos envejecidos pierden capacidad productiva, tanto en cantidad como en calibres. Por ello, podar es una labor muy recomendable.
Existen dos modalidades de configuración del árbol: Vaso irregular (como los cítricos) y eje vertical (como un abeto de navidad).
Sea como fuere, independientemente del porte de nuestros árboles, hay que buscar la forma piramidal. Así se garantiza la buena iluminación de toda la zona productiva de la copa.
Las faldas deben ser más extensas que los medios y éstos más extensos que los altos, buscando formar un triángulo.
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