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Abril. Estamos en pleno proceso de floración en el aguacate. En este momento el árbol está tomando todas las reservas que ha almacenado en hojas y raíces para ponerlas a disposición de las flores que llevan formándose más de un mes.

Durante este proceso el gasto de reservas y agua es enorme. Los tejidos de las flores son muy transpirables y necesitan mucha humedad.

Si el árbol está equilibrado en el momento de la floración y hay abundancia de hojas (sin un exceso de flores) la polinización, cuaje y amarre serán mejores y más efectivas. Si además no disminuye la humedad durante esta primera fase, la caída de fruta de junio será considerablemente menor.

En el caso de un árbol desequilibrado, lo primero que se manifiesta es una floración fuerte. Esta gran cantidad de flores desarrollándose consumen toda la energía y el agua que la planta tiene almacenada hasta agotarla. Lo primero que se aprecia es que el peciolo (el rábito de la hoja) se vuelve amarillo y se retuerce.

Una vez que no quedan más reservas la hoja, agotada, empieza a caer y el árbol se va defoliando día tras día hasta quedar completamente sin hojas. El desarrollo final de la flor le da un colorido amarillo. Esto es un claro síntoma de estrés.

¿Que hacer ante esta situación?

Un árbol estresado entiende que va a morir e invierte todas sus energías en reproducirse. Por ello, un exceso de floración supone que el aguacate no se encuentra bien. Para mejorar su estado y ayudarlo a mejorar su salud se pueden poner en práctica la siguientes actuaciones:

+ Poda de flor. Se debe descargar al menos 2/3 de la flor. Si el estrés es muy acusado, incluso se puede quitar toda.

+ Asegurarse que la humedad del suelo es la adecuada. Tanto superficialmente como en profundidad, debe haber una humedad constante y adecuada para satisfacer las necesidades de ese momento.

+ Aplicar bioestimulantes que ayude a superar el estrés.